Hoy, 10 de Octubre es el día mundial de la Salud Mental. Te traemos numerosas razones por las cuales los/as educadores/as físico-deportivos/as podemos y debemos desempeñar un papel clave en la mejora de la misma.
Existe una fuerte evidencia científica que respalda el impacto positivo del ejercicio sobre el bienestar psicológico. Son varias razones científicas por las cuales la intervención con ejercicio físico en la salud mental es interesante:
1. El ejercicio mejora los neurotransmisores relacionados con el bienestar
Evidencia científica: El ejercicio físico promueve la liberación de neurotransmisores como la serotonina, dopamina, y endorfinas, que están directamente relacionados con la mejora del estado de ánimo, la reducción de la ansiedad y el alivio del estrés. Las endorfinas, en particular, son conocidas como "hormonas de la felicidad", ya que generan una sensación de euforia y bienestar después de la actividad física.
2. El ejercicio reduce los niveles de cortisol (hormona del estrés)
Evidencia científica: Diversos estudios muestran que la actividad física, especialmente el ejercicio aeróbico y el entrenamiento de resistencia, ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. El estrés crónico está vinculado a la ansiedad, la depresión y otros trastornos mentales.
3. El ejercicio mejora la plasticidad cerebral y la cognición
Evidencia científica: Se ha demostrado que el ejercicio físico, particularmente el aeróbico, mejora la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse y regenerarse. Además, aumenta la producción del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), una proteína que favorece el crecimiento y la supervivencia de las neuronas, mejorando la memoria y la función cognitiva.
4. El ejercicio reduce los síntomas de ansiedad y depresión
Evidencia científica: Numerosos metaanálisis han demostrado que el ejercicio físico reduce significativamente los síntomas de depresión y ansiedad, tanto en individuos clínicos como no clínicos. El ejercicio tiene efectos comparables a los de la psicoterapia y los medicamentos en ciertos casos de depresión leve a moderada.
5. El ejercicio mejora la autoestima y la autoeficacia
Evidencia científica: El ejercicio regular contribuye a mejorar la autoestima y la autoeficacia, es decir, la confianza en la capacidad de uno mismo para enfrentar desafíos. La participación en actividades físicas, especialmente cuando se logran objetivos o se observan mejoras, tiene un impacto positivo en la percepción que las personas tienen de sí mismas.
6. El ejercicio promueve el contacto social y reduce el aislamiento
Evidencia científica: Participar en actividades físicas, especialmente en deportes en equipo o en clases grupales, fomenta la interacción social. El aislamiento social es un factor de riesgo importante para la depresión y otros trastornos mentales, y el ejercicio en grupo puede mejorar el sentido de pertenencia y comunidad.
7. El ejercicio mejora el sueño y el descanso
Evidencia científica: El ejercicio regular ayuda a mejorar la calidad del sueño, lo que es crucial para la salud mental. Un sueño adecuado ayuda a regular el estado de ánimo, reduce los niveles de ansiedad y mejora la capacidad para manejar el estrés.
8. El ejercicio regula el sistema de respuesta al estrés
Evidencia científica: El sistema de respuesta al estrés, controlado por el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal (HPA), se ve mejorado con la práctica regular de ejercicio. Las personas que realizan actividad física regularmente tienden a tener una respuesta más equilibrada al estrés, reduciendo la vulnerabilidad a trastornos como la ansiedad y la depresión.
9. El ejercicio proporciona una estructura y un propósito
Evidencia científica: Tener una rutina de ejercicio establecida y objetivos claros proporciona una sensación de estructura, disciplina y propósito, lo cual es fundamental para personas que luchan con trastornos de salud mental, ya que los síntomas a menudo incluyen sentimientos de desorientación y falta de control.
Conclusión
Los/as educadores/as físico-deportivos/as, a través de la promoción y supervisión de la actividad física, deberiamos de ser una parte integral en el tratamiento y la mejora de la salud mental de los pacientes. La ciencia apoya el ejercicio físico como una intervención efectiva para reducir síntomas de trastornos como la ansiedad, la depresión, y el estrés, además de contribuir a una mejora en la autoestima, la cognición y la calidad del sueño. Al trabajar en conjunto con otros profesionales de la salud, los educadores físico-deportivos puedemos implementar estrategias de ejercicio personalizadas que mejoren la calidad de vida y el bienestar mental de los pacientes.
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